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Seguridad alimentaria y sostenibilidad

En muchas zonas rurales en nuestro país, casi la totalidad de las familias de agricultores (en su mayoría pequeños y medianos) se especializan en la producción de un solo cultivo porque se considera que esto es más rentable y eficiente. Salvo en muy contadas excepciones, estas familias han abandonado la tradición de producir sus propios alimentos e, incluso, han olvidado como hacerlo, concentrando todos sus esfuerzos en atender su monocultivo.

Esta práctica ha hecho que ahora estas familias sean completamente dependientes de las ventas de este monocultivo para obtener su sustento diario. Estos cultivos, que en su mayoría se producen para ser exportados, son comercializados por grandes compradores quienes fijan el precio de compra basándose en los precios de estos productos en el mercado internacional.



Como sabemos, los precios de los productos en este mercado son sumamente cambiantes y a veces llegan a estar tan bajos que no cubren los costos de producción. Cuando esto sucede, los productores se ven obligados a endeudarse, buscar empleos fuera de la comunidad, o tratar, por cualquier medio, de aumentar su producción con tal de obtener ingresos adicionales. La forma más común de aumentar la producción es utilizando más agroquímicos y sembrando a densidades mayores para “sacar” lo máximo del suelo.



Claro está, todo esto tiene implicaciones muy negativas para el suelo, la biodiversidad, las fuentes de agua, la economía de las familias rurales, la salud física y emocional de la familia y de la comunidad,  e incluso la cultura local ya que se abandonan muchas costumbres que giraban en torno a la diversidad productiva y culinaria.



Nosotras estamos estableciendo un huerto de cultivo bio-intensivo con el cual podremos producir, en un espacio muy reducido y con poco trabajo, todos los alimentos que una familia necesita consumir y, además, excedentes para comercializar y contar así con un ingreso adicional. 



El MÉTODO CULTIVE BIOINTENSIVAMENTE MR está diseñado para recuperar el suelo hasta 60 veces más rápido de lo que la naturaleza podría hacerlo y para producir en una cuarta parte del espacio necesario para otros sistema orgánicos o convencionales. No se necesita utilizar maquinaria, ni agroquímicos sintéticos y, una vez que está establecido, no utiliza ningún recurso externo a la finca (incluyendo semillas). De esta manera, es sostenible e independiente.



El suelo de la Finca El Casquillo es uno de los peores suelos de nuestro país. Según los análisis de suelo iniciales, es un suelo ácido, con poquísima materia orgánica y con un gran desequilibrio de los elementos necesarios para el crecimiento de las plantas. Sin embargo, después de un poco más de un año de haber iniciado con la aplicación del método, ya ha sido posible obtener pequeñas producciones de fresas, uchubas (physalis), higos, papas, repollo, cebolla, culantro, frambuesas, girasoles y varias plantas aromáticas.



Queremos presentar un ejemplo demostrativo para las comunidades locales, y para todos aquellos interesados, de que es posible recuperar cualquier tipo de suelo, y que se puede producir fácilmente todo lo que se necesita para mantenerse saludable, disfrutando de la diversidad y frescura de los alimentos que originalmente se consumían en la zona.

Además, queremos inspirar a otros sobre el hecho de que con este tipo de agricultura y utilizando otros recursos locales y la creatividad, se pueden encontrar opciones para desarrollar actividades alternativas y generar recursos adicionales para las familias de la comunidad, liberándolas así de la dependencia del monocultivo y mejorando la diversidad cultural y ambiental. Por esto, estamos en proceso de desarrollar un negocio de procesamiento y comercialización de los excedentes de la finca y de productos artesanales elaborados con recursos locales.



Esta experiencia nos hará sostenibles desde el trabajo con la agricultura y la artesanía y, a la vez, nos permitirá tener la autoridad moral para guiar y acompañar a las personas de los proyectos que podamos gestar con las comunidades locales hasta la fase final de la producción, es decir, el mercado.



Food security and sustainability



In many rural areas in Costa Rica, almost all farming families, which are mostly small or medium-sized, specialize in the production of a single crop because it is believed that this is more cost-effective and efficient. With very few exceptions, these families have concentrated all their efforts on farming monoculture crops and have abandoned, or even forgotten, the tradition of producing their own food.



The result of this practice is that now these families are completely dependent on the sales of this monoculture to obtain their daily sustenance. These mono-crops, most of which are produced to be exported, are marketed by large buyers who set the purchase price based on the prices of these products in the international market.

As we know, the prices of the products in these markets are highly volatile and sometimes become so low that they do not cover the farmer’s costs of production. When this happens, the farmers are forced to borrow money, look for jobs outside the community or use any means to increase their production in order to obtain additional income. The most common way to increase production is using more agrochemicals and planting at higher densities to produce the highest yields.

Clearly, this all has very negative implications for the soil, biodiversity, water sources, the economy of rural families, the physical and emotional health of the family and the community. Even the local culture has suffered--customs that revolved around production and culinary diversity have been abandoned.



To overcome this trend, we are establishing a bio-intensive garden with which we will be able to produce, in a very small space and with little work, all the food that a family needs to consume and, in addition, a surplus to sell for supplementary income.

The BIOINTENSIVE CULTIVATION METHOD ™ is designed to recover the soil up to 60 times faster than nature could do on her own and requires a quarter of the space required for other organic or conventional systems. There is no need for machinery or synthetic agrochemicals and, once the soil is established, it does not require the use of any external resources on the farm (including seeds). In this way, it is sustainable and independent.



The El Casquillo farm has some of the poorest soils in Costa Rica. According to the initial soil analysis, it is acidic with very little organic matter and shows a great imbalance of the elements necessary for plant growth. However, only a little more than a year after initiating the implementation of the method, we have already been able to produce small amounts of strawberries, uchubas (physalis), figs, potatoes, cabbage, onion, coriander (cilantro), raspberries, sunflowers and several aromatic plants.



We want to demonstrate a real world example for local communities, and for all those interested, that it is possible to recover any type of soil, and that it is easy to produce everything that is necessary to stay healthy, using the diversity and freshness of foods that were once consumed in our region.



In addition, we want to show others that with this type of farming, using local resources and creativity, they can generate additional resources for their families, freeing them from dependence on monoculture while improving cultural and environmental diversity. For this reason, we are in the process of developing a business of processing and marketing of surplus farm and craft products made from the resulting local resources.



This experience will make us sustainable by working with the agriculture and handicrafts, and at the same time, will give us the expertise to guide and accompany people in the projects developed with local communities through the final phase of production--the market.

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